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y un agrio cielo de metal mojado,
y un amarillo río de sonrisas.
Todo llega a la punta de dedos como flores,
a uñas como relámpagos, a sillones marchitos,
todo llega a la tinta de la muerte 25
y a la boca violeta de los timbres.
Lloremos la defunción de la tierra y el fuego,
las espadas, las uvas,
los sexos con sus duros dominios de raíces,
las naves del alcohol navegando entre naves 30
y el perfume que baila de noche, de rodillas,
arrastrando un planeta de rosas perforadas.
86
Loyola observa que la imagen de la botella aparece insistentemente en este período de la escritura residenciaria
(en «Barcarola» u «Oda con un lamento», por ejemplo).
Con un traje de perro y una mancha en la frente
caigamos a la profundidad de los papeles,
a la ira de las palabras encadenadas, 35
a manifestaciones tenazmente difuntas,
a sistemas envueltos en amarillas hojas.
Rodad conmigo a las oficinas, al incierto
olor de ministerios, y tumbas, y estampillas.
Venid conmigo al día blanco que se muere 40
dando gritos de novia asesinada. [125]
La calle destruida
Por el hierro injuriado, por los ojos del yeso
pasa una lengua de años diferentes87
del tiempo. Es una cola
de ásperas crines, unas manos de piedra llenas de ira,
y el color de las casas enmudece, y estallan 5
las decisiones de la arquitectura,
un pie terrible ensucia los balcones:
con lentitud, con sombra acumulada,
con máscaras mordidas de invierno y lentitud,
se pasean los días de alta frente 10
entre casas sin luna.
El agua y la costumbre y el lodo blanco
que la estrella despide, y en especial
el aire que las campanas han golpeado con furia
gastan las cosas, tocan 15
las ruedas, se detienen
87
Cf. «es la lengua de la muerte...» (en «Solo la muerte»).
en las cigarrerías,
y crece el pelo rojo en las cornisas
como un largo lamento, mientras a lo profundo
caen llaves, relojes, 20
flores asimiladas al olvido. [126]
¿Dónde está la violeta recién parida? ¿Dónde
la corbata y el virginal céfiro rojo?
Sobre las poblaciones
una lengua de polvo podrido se adelanta 25
rompiendo anillos, royendo pintura,
haciendo aullar sin voz las sillas negras88,
cubriendo los florones del cemento, los baluartes de metal
destrozado,
el jardín y la lana, las ampliaciones de fotografías ardientes 30
heridas por la lluvia, la sed de las alcobas, y los grandes
carteles de los cines en donde luchan
la pantera y el trueno,
las lanzas del geranio, los almacenes llenos de miel perdida,
la tos, los trajes de tejido brillante, 35
todo se cubre de un sabor mortal
a retroceso y humedad y herida.
Tal vez las conversaciones anudadas, el roce de los cuerpos,
la virtud de las fatigadas señoras que anidan en el humo,
los tomates asesinados implacablemente, 40
el paso de los caballos de un triste regimiento,
la luz, la presión de muchos dedos sin nombre,
88
Cf. «su transparencia hace brillar las sillas sucias» («El fantasma del buque de carga»).
gastan la fibra plana de la cal,
rodean de aire neutro las fachadas
como cuchillos: mientras 45
el aire del peligro roe las circunstancias,
los ladrillos, la sal se derraman como aguas
y los carros de gordos ejes tambalean.
¡Ola de rosas rotas y agujeros! ¡Futuro
de la vena olorosa! ¡Objetos sin piedad! 50
¡Nadie circule! ¡Nadie abra los brazos
dentro del agua ciega! [127]
¡Oh movimiento, oh nombre malherido,
oh cucharada de viento confuso
y color azotado! ¡Oh herida en donde caen 55
hasta morir las guitarras azules! [128]
Melancolía en las familias
Conservo un frasco azul,
dentro de él una oreja y un retrato:
cuando la noche obliga
a las plumas del búho,
cuando el ronco cerezo 5
se destroza los labios y amenaza
con cáscaras que el viento del océano a menudo perfora,
yo sé que hay grandes extensiones hundidas,
cuarzo en lingotes,
cieno, 10
aguas azules para una batalla,
mucho silencio, muchas
vetas de retrocesos y alcanfores,
cosas caídas, medallas, ternuras,
paracaídas, besos. 15
No es sino el paso de un día hacia otro,
una sola botella
andando por los mares,
y un comedor adonde llegan rosas,
un comedor abandonado89 20
como una espina: me refiero
a una copa trizada, a una cortina, al fondo
de una sala desierta por donde pasa un río [129]
arrastrando las piedras. Es una casa
situada en los cimientos de la lluvia, 25
una casa de dos pisos con ventanas obligatorias
y enredaderas estrictamente fieles.
Voy por las tardes, llego
lleno de lodo y muerte,
arrastrando la tierra y sus raíces, 30
y su vaga barriga en donde duermen
cadáveres con trigo,
metales, elefantes derrumbados.
Pero por sobre todo hay un terrible,
un terrible comedor abandonado, 35
con las alcuzas rotas
y el vinagre corriendo debajo de las sillas,
un rayo detenido de la luna,
algo oscuro, y me busco
89
Cf. «Tango del viudo», «Arte poética».
una comparación dentro de mí: 40
tal vez es una tienda rodeada por el mar
y paños rotos goteando salmuera.
Es sólo un comedor abandonado,
y alrededor hay extensiones,
fábricas sumergidas, maderas 45
que sólo yo conozco,
porque estoy triste y viajo,
y conozco la tierra, y estoy triste. [130]
Maternidad
¿Por qué te precipitas hacia la maternidad y verificas
tu ácido oscuro con gramos a menudo fatales?
¡El porvenir de las rosas ha llegado! ¡El tiempo
de la red y el relámpago! ¡Las suaves peticiones
de las hojas perdidamente alimentadas! 5
Un río roto en desmesura
recorre habitaciones y canastos
infundiendo pasiones y desgracias
con su pesado líquido y su golpe de gotas.
Se trata de una súbita estación 10
que puebla ciertos huesos, ciertas manos,
ciertos trajes marinos.
Y ya que su destello hace variar las rosas
dándoles pan y piedras y rocío,
oh madre oscura, ven, 15
con una máscara en la mano izquierda
y con los brazos llenos de sollozos.
Por corredores donde nadie ha muerto
quiero que pases, por un mar sin peces,
sin escamas, sin náufragos, 20
por un hotel sin pasos,
por un túnel sin humo. [131]
Es para ti este mundo en que no nace nadie,
en que no existen
ni la corona muerta ni la flor uterina, 25
es tuyo este planeta lleno de piel y piedras.
Hay sombra allí para todas las vidas.
Hay círculos de leche y edificios de sangre,
y torres de aire verde.
Hay silencio en los muros, y grandes vacas pálidas 30
con pezuñas de vino.
Hay sombra allí para que continúe
el diente en la mandíbula y un labio frente a otro,
y para que tu boca pueda hablar sin morirse,
y para que tu sangre no se derrumbe en vano. 35
Oh madre oscura, hiéreme
con diez cuchillos en el corazón,
hacia ese lado, hacia ese tiempo claro,
hacia esa primavera sin cenizas.
Hasta que rompas sus negras maderas 40
llama en mi corazón, hasta que un mapa
de sangre y de cabellos desbordados
manche los agujeros y la sombra,
hasta que lloren sus vidrios golpea,
hasta que se derramen sus agujas. 45
La sangre tiene dedos y abre túneles
debajo de la tierra. [132]
Enfermedades en mi casa
90
Cuando el deseo de alegría con sus dientes de rosa
escarba los azufres caídos durante muchos meses
y su red natural, sus cabellos sonando [ Pobierz całość w formacie PDF ]
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y un agrio cielo de metal mojado,
y un amarillo río de sonrisas.
Todo llega a la punta de dedos como flores,
a uñas como relámpagos, a sillones marchitos,
todo llega a la tinta de la muerte 25
y a la boca violeta de los timbres.
Lloremos la defunción de la tierra y el fuego,
las espadas, las uvas,
los sexos con sus duros dominios de raíces,
las naves del alcohol navegando entre naves 30
y el perfume que baila de noche, de rodillas,
arrastrando un planeta de rosas perforadas.
86
Loyola observa que la imagen de la botella aparece insistentemente en este período de la escritura residenciaria
(en «Barcarola» u «Oda con un lamento», por ejemplo).
Con un traje de perro y una mancha en la frente
caigamos a la profundidad de los papeles,
a la ira de las palabras encadenadas, 35
a manifestaciones tenazmente difuntas,
a sistemas envueltos en amarillas hojas.
Rodad conmigo a las oficinas, al incierto
olor de ministerios, y tumbas, y estampillas.
Venid conmigo al día blanco que se muere 40
dando gritos de novia asesinada. [125]
La calle destruida
Por el hierro injuriado, por los ojos del yeso
pasa una lengua de años diferentes87
del tiempo. Es una cola
de ásperas crines, unas manos de piedra llenas de ira,
y el color de las casas enmudece, y estallan 5
las decisiones de la arquitectura,
un pie terrible ensucia los balcones:
con lentitud, con sombra acumulada,
con máscaras mordidas de invierno y lentitud,
se pasean los días de alta frente 10
entre casas sin luna.
El agua y la costumbre y el lodo blanco
que la estrella despide, y en especial
el aire que las campanas han golpeado con furia
gastan las cosas, tocan 15
las ruedas, se detienen
87
Cf. «es la lengua de la muerte...» (en «Solo la muerte»).
en las cigarrerías,
y crece el pelo rojo en las cornisas
como un largo lamento, mientras a lo profundo
caen llaves, relojes, 20
flores asimiladas al olvido. [126]
¿Dónde está la violeta recién parida? ¿Dónde
la corbata y el virginal céfiro rojo?
Sobre las poblaciones
una lengua de polvo podrido se adelanta 25
rompiendo anillos, royendo pintura,
haciendo aullar sin voz las sillas negras88,
cubriendo los florones del cemento, los baluartes de metal
destrozado,
el jardín y la lana, las ampliaciones de fotografías ardientes 30
heridas por la lluvia, la sed de las alcobas, y los grandes
carteles de los cines en donde luchan
la pantera y el trueno,
las lanzas del geranio, los almacenes llenos de miel perdida,
la tos, los trajes de tejido brillante, 35
todo se cubre de un sabor mortal
a retroceso y humedad y herida.
Tal vez las conversaciones anudadas, el roce de los cuerpos,
la virtud de las fatigadas señoras que anidan en el humo,
los tomates asesinados implacablemente, 40
el paso de los caballos de un triste regimiento,
la luz, la presión de muchos dedos sin nombre,
88
Cf. «su transparencia hace brillar las sillas sucias» («El fantasma del buque de carga»).
gastan la fibra plana de la cal,
rodean de aire neutro las fachadas
como cuchillos: mientras 45
el aire del peligro roe las circunstancias,
los ladrillos, la sal se derraman como aguas
y los carros de gordos ejes tambalean.
¡Ola de rosas rotas y agujeros! ¡Futuro
de la vena olorosa! ¡Objetos sin piedad! 50
¡Nadie circule! ¡Nadie abra los brazos
dentro del agua ciega! [127]
¡Oh movimiento, oh nombre malherido,
oh cucharada de viento confuso
y color azotado! ¡Oh herida en donde caen 55
hasta morir las guitarras azules! [128]
Melancolía en las familias
Conservo un frasco azul,
dentro de él una oreja y un retrato:
cuando la noche obliga
a las plumas del búho,
cuando el ronco cerezo 5
se destroza los labios y amenaza
con cáscaras que el viento del océano a menudo perfora,
yo sé que hay grandes extensiones hundidas,
cuarzo en lingotes,
cieno, 10
aguas azules para una batalla,
mucho silencio, muchas
vetas de retrocesos y alcanfores,
cosas caídas, medallas, ternuras,
paracaídas, besos. 15
No es sino el paso de un día hacia otro,
una sola botella
andando por los mares,
y un comedor adonde llegan rosas,
un comedor abandonado89 20
como una espina: me refiero
a una copa trizada, a una cortina, al fondo
de una sala desierta por donde pasa un río [129]
arrastrando las piedras. Es una casa
situada en los cimientos de la lluvia, 25
una casa de dos pisos con ventanas obligatorias
y enredaderas estrictamente fieles.
Voy por las tardes, llego
lleno de lodo y muerte,
arrastrando la tierra y sus raíces, 30
y su vaga barriga en donde duermen
cadáveres con trigo,
metales, elefantes derrumbados.
Pero por sobre todo hay un terrible,
un terrible comedor abandonado, 35
con las alcuzas rotas
y el vinagre corriendo debajo de las sillas,
un rayo detenido de la luna,
algo oscuro, y me busco
89
Cf. «Tango del viudo», «Arte poética».
una comparación dentro de mí: 40
tal vez es una tienda rodeada por el mar
y paños rotos goteando salmuera.
Es sólo un comedor abandonado,
y alrededor hay extensiones,
fábricas sumergidas, maderas 45
que sólo yo conozco,
porque estoy triste y viajo,
y conozco la tierra, y estoy triste. [130]
Maternidad
¿Por qué te precipitas hacia la maternidad y verificas
tu ácido oscuro con gramos a menudo fatales?
¡El porvenir de las rosas ha llegado! ¡El tiempo
de la red y el relámpago! ¡Las suaves peticiones
de las hojas perdidamente alimentadas! 5
Un río roto en desmesura
recorre habitaciones y canastos
infundiendo pasiones y desgracias
con su pesado líquido y su golpe de gotas.
Se trata de una súbita estación 10
que puebla ciertos huesos, ciertas manos,
ciertos trajes marinos.
Y ya que su destello hace variar las rosas
dándoles pan y piedras y rocío,
oh madre oscura, ven, 15
con una máscara en la mano izquierda
y con los brazos llenos de sollozos.
Por corredores donde nadie ha muerto
quiero que pases, por un mar sin peces,
sin escamas, sin náufragos, 20
por un hotel sin pasos,
por un túnel sin humo. [131]
Es para ti este mundo en que no nace nadie,
en que no existen
ni la corona muerta ni la flor uterina, 25
es tuyo este planeta lleno de piel y piedras.
Hay sombra allí para todas las vidas.
Hay círculos de leche y edificios de sangre,
y torres de aire verde.
Hay silencio en los muros, y grandes vacas pálidas 30
con pezuñas de vino.
Hay sombra allí para que continúe
el diente en la mandíbula y un labio frente a otro,
y para que tu boca pueda hablar sin morirse,
y para que tu sangre no se derrumbe en vano. 35
Oh madre oscura, hiéreme
con diez cuchillos en el corazón,
hacia ese lado, hacia ese tiempo claro,
hacia esa primavera sin cenizas.
Hasta que rompas sus negras maderas 40
llama en mi corazón, hasta que un mapa
de sangre y de cabellos desbordados
manche los agujeros y la sombra,
hasta que lloren sus vidrios golpea,
hasta que se derramen sus agujas. 45
La sangre tiene dedos y abre túneles
debajo de la tierra. [132]
Enfermedades en mi casa
90
Cuando el deseo de alegría con sus dientes de rosa
escarba los azufres caídos durante muchos meses
y su red natural, sus cabellos sonando [ Pobierz całość w formacie PDF ]