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deja de hacer el idiota y dime a donde quieres ir. Ahora.
 Eso no estaría bien. Te creó Ham Dou y a él perteneces. Él debe darte las órdenes.
 Oye, pequeño  dijo el desplazador con un ligero acento en sus palabras , aquí no
se está discutiendo de propiedad. Estamos hablando de poder, y el poder pertenece a
aquel que lo tiene en sus manos.
La máquina zumbó iracunda y comenzó a brillar con una luz verde espectral. Bill sintió
pánico y trató de deshacerse de ella, pero el desplazador se le pegó a las manos como si
fuera un imán.
 ¡Capitán Dou!  chilló de miedo . ¡Este desplazador está actuando de modo muy
extraño!
El desplazador rió mecánicamente entre dientes. Cuando Bill miró a Dou, vio que el
apuesto comandante pirata estaba congelado en medio de un gesto, y hubiera parecido
una figura de cera de no haber sido porque presentaba mejor color que una de ellas. Su
amigo chiflado, Mascagamma, con una mano aún encima de los controles de emergencia,
parecía una alfombra de piel que hubiera pasado un breve tiempo en estado de animación
y ahora estuviese descansando.
Al mirar a través de los ojos de buey, Bill vio que la nave había sido paralizada a medio
despegue. Estaba suspendida en el aire a unos mil quinientos metros del suelo. Debajo,
la turba de vareados también estaba congelada, la mayoría de ellos con el huesudo puño
levantado.
Incluso el doble sol, que se ponía por el horizonte suroeste de Rathbone, estaba
detenido a medio camino.
 De acuerdo  dijo Bill , no sé lo que has hecho, pero por favor vuelve a ponerlo
todo en funcionamiento.
 De hecho yo no he detenido nada, muñeco  dijo el desplazador . Pero tu acto de
encenderme a mí nos ha proyectado a ambos a un espacio de espera. Debes decirme a
donde quieres ir para que yo pueda hallar un canal temporal apropiado en el que
insertarnos.
 Ah, no sabía que fuera tan sencillo como todo eso  dijo Bill.
 La tecnología desplazadora es tan reciente que los científicos aún no han tenido
tiempo de complicarla. Pero, vamos a ver. Te he librado de la reprimenda, ¿no?
 Así es  respondió Bill.
 Así que puede que me debas un pequeño favor, ¿verdad?
 Supongo que sí  dijo Bill . Pero dime una cosa, ¿por qué tienes ese acento?
 Te lo diré  respondió el desplazador , en cuanto me digas destino.
Bill pensó que era una tontería no aprovechar aquel ingenioso medio de transporte;
ademas, él quería saber a qué se debía aquel acento.
 ¿Conoces un planeta llamado Royo?
El desplazador recorrió sus archivos en unos pocos nanosegundos.
 Claro  dijo . ¿Cuál quieres?
 ¿Cuántos Royos hay?
 Cinco, según los que tengo registrados hasta ahora. Puede que en cualquier
momento entren otros recientes por mi línea de transición. También registraré ésos.
 ¿Pero, ahora se supone que yo tengo que saber qué Royo es?
 Mi querido joven, ¿cómo voy a saber yo qué Royo quieres?
 ¡Ese acento!  dijo Bill . ¿Por qué?
 Primero averigüemos a qué Royo quieres ir. ¿Sabes algo acerca del planeta en
cuestión?
 Tiene una atmósfera de oxígeno respirable  dijo Bill, pensando que sería mejor que
la tuviera o él no iría.
 Bien. Eso elimina a uno de ellos.
 Creo que tiene un clima bastante benigno para los humanos  continuó Bill.
 Es un poco vago, pero creo que podemos tachar de la lista a Royo Terminosus y a
Royo Vulcanische. Demasiado frío y demasiado caliente, respectivamente.
 ¿Cuántos quedan ahora?  preguntó Bill.
 Espera un minuto; déjame que vuelva a contarlos... ¡Dos! Ya casi estamos. Hasta
cierto punto hablo en sentido metafórico, por supuesto. De hecho aún no hemos partido.
 Ya suponía que no  dijo Bill, pues continuaba viendo las mismas figuras congeladas
a su alrededor, Dou, Mascagamma y el resto ¿Qué sugieres?
 La razón por la que hablo con acento  dijo el desplazador , es que formo parte de
una serie especial de autómatas conmemorativos cuyas voces fueron diseñadas para
sonar como las de los científicos famosos del pasado de la Tierra. Yo tengo la voz de un
psicofísico húngaro del siglo XXI llamado Raimundo Szekeley.
 Eso lo explica  reflexionó Bill . ¿Pero por qué me lo cuentas ahora?
 Porque voy a visitar ambos Royos y averiguar cuál es el que quieres.
 Ah  dijo Bill . Pero eso podría resultar...
No tuvo tiempo de decir «peligroso» En aquel instante el desplazador inició el viaje.
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Se han escrito muchos documentos eruditos acerca de qué se siente al viajar por
desplazador. Pero no son más que conjeturas porque en nuestra era y nuestros días, el
artilugio ha sido prohibido. Era rápido y eficiente pero estaba sujeto a efectos colaterales
inesperados. Además, la transición entre el lugar en el que uno estaba y aquél al que
deseaba ir era tan repentina que hacía que el tiempo se tambalease, obligando a la
persona a permanecer un cierto tiempo en lapso espacial, conocido también como
«estasis», para permitir que su cuerpo y órganos se reunieran con la cabeza, que iba
delante. Algunas personas salían del viaje desplazador con la sensación de haber dejado
una parte de sí por el camino, lo que habitualmente era verdad; y se oían repentinos gritos
de dolor cuando descubrían de qué parte se trataba. Se ha conjeturado que el viaje
desplazador era tan rápido que no daba tiempo a que el ser transportado reuniera sus
varias extensiones en tiempo y espacio. En el caso de Bill, aquello no resultó ser un
problema, afortunadamente, ya que no se vio sujeto a ningún capricho.
 ¿Dónde estamos?  preguntó Bill.
 Este es el primer Royo de nuestra lista. ¿Te parece que es el correcto?
Bill miró al exterior. Descansaban sobre un pequeño promontorio; bajo ellos se
extendía una ciudad compuesta enteramente por materiales azules de diferentes matices
y tonalidades. Se veían varios campanarios de iglesia y Bill distinguió anchos bulevares y
coches que corrían por las autopistas. Había sólo un sol que estaba bajo en el horizonte y
rodeado de nubes color púrpura. La gente avanzaba por las calles, y grandes pájaros
aleteaban en el cielo. Mientras Bill observaba todo aquello, uno de los pájaros se deslizó [ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ]
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